EL EJERCICIO DE LA CIVILIDAD Y DEFENSA DE LOS DERECHOS



EL EJERCICIO DE LA CIVILIDAD Y DEFENSA DE LOS DERECHOS
A propósito de estos tiempos de absoluta anarquía que se sufre en Venezuela producto la implosión del Estado en sus estructuras,  que ha arropado con su escala de violencia oficialista y en medio de este clima de absoluta  dispersión y progresivo aniquilamiento de la vida ciudadana, los avatares políticos que tienen enloquecido el reloj vertiginoso de los hechos políticos, resulta necesario replantear algo que en apariencia todos hemos conocido y no sabemos cómo y cuándo ejercerlo, y no es otro que la civilidad, la civilidad viene de la palabra civil, de civitas, de los derechos civiles de los habitantes de una sociedad en todo el mundo; la mayoría de los textos constitucionales que se digan respetuosos y replicadores de la democracia como forma de gobierno, consagran un conjunto de derechos elementales de todo ciudadano, cuyas inspiraciones y fundamentos los ha marcado ya la historia con muchas de sus páginas señaladas para su conquista de parte de la humanidad ante la tiranía y la  opresión; justo el día de ayer, aquí en Caracas, Ciudad Capital de esta Venezuela atribulada con la amenaza de un mecanismo surgido en los lóbregos sótanos del totalitarismo denominado constituyente o masa amorfa que se sustrae a uno de esos derechos civiles que es el derecho político del pueblo soberano, quien en definitiva ejerce el poder constituyente legítimo  y originario, la señora Fiscal General de la República, luego de todos sus pronunciamientos sobre la ruptura del orden constitucional en la República, de su oposición a esta írrita convocatoria a esa constituyente, ante su solicitud de aclaratoria a las autoridades de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de las sentencias que han desvirtuado las bases del estado de derecho en Venezuela, ante todas estas acciones que ha emprendido en contra de un modelo autoritario gubernamental repudiable, no queda otra cosa que ejercer esa civilidad; los derechos civiles del ciudadano están plasmados en el texto constitucional de 1999, ese que ahora parece molestar a las autoridades del régimen empoderado; desde los derechos y garantías más fundamentales relacionadas con los derechos humanos, la vida, integridad, imagen privacidad, seguridad jurídica, hasta los derechos de petición, derecho a la defensa, al debido proceso, a la justicia y sus órganos representativos, y es, precisamente la civilidad, el valor fundamental a mantener en una sociedad cada vez privada de su ejercicio, cuando se desconoce y se intenta aniquilar al derecho, al principio de legalidad y sus implicaciones en todo el entorno del actuar ciudadano; por esto, ese ciudadano no debe dejar de ejercer los derechos civiles, aunque pareciera nugatorio e inútil a la vista de los justiciables y de las víctimas; y uno de esos derechos insoslayable e inviolable es la resistencia civil ante el abuso del poder y de los autoritarismos, la resistencia civil está establecida para hacer frente a los ataques al ordenamiento jurídico en su totalidad; la Constitución Venezolana consagra el derecho a la desobediencia frente a las autoridades y legislaciones contrarias al estado de derecho y a los valores democráticos, teniendo los ciudadanos ese deber inmenso de tutela y defensa no solo de la Carta Magna sino de todo el Estado y sus instituciones, en ese tan claro ahora Artículo 350 y 333 del dominio público en estos tiempos, y es que si aun cuando no estuviese consagrado tal derecho de resistencia en las Constituciones políticas de las naciones que dicen ser demócratas, es un deber que surgen de la ética y la moral como dictados mayores de la conciencia que deberán reconocerse antes que el Estado desaparezca por obra de la acción u omisión de poderes constituidos ilegales e ilegítimos[1]
La desobediencia-en palabras de Mohandas Gandhi- ,es un derecho inherente al ciudadano. No puede renunciar a él sin dejar de ser un hombre. La desobediencia civil, por consiguiente, se transforma en un deber sagrado cuando el Estado se ha vuelto ilegítimo, o lo que es lo mismo corrupto. Y un ciudadano que negocia con dicho Estado contribuye a su corrupción o ilegitimidad. La desobediencia es un derecho que pertenece a todo ser humano y se transforma en un deber sagrado cuando surge del civismo, lo que es lo mismo, del amor[2]


[1] González Parada, Hernán Alberto. En Defensa del Contribuyente. Mecanismos ante los abusos del poder. Temis, Bogotá, 1997.
[2] Reflexiones sobre la desobediencia civil de Gandhi tomadas de González, Hernán citado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

IMPUESTO SOBRE SUCESIONES VENEZOLANO Y SU TRATAMIENTO LEGAL(PARTE II) NORMAS ADJETIVAS-PROCEDIMIENTOS

EL CONSULTOR DEIMPUESTOS: DESGRAVAMENES Y REBAJAS DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA

IMPUESTO SOBRE DONACIONES VENEZOLANO Y SU TRATAMIENTO LEGAL