ANECDOTARIO DE LOS CUARENTA AÑOS DE GRADUADO 1981 2021
EL REGRESO A LA ESCUELA NACIONAL DE HACIENDA (LA
NUEVA ETAPA HACIA LA CONSOLIDACIÓN)
Transcurría el año 1994, en esos tiempos
dictaba clases en la Universidad José María Vargas, en la entonces Facultad de
Administración (faltaba autorizar la mención de Contaduría Pública que vendría
años después); estaba en esa Casa de Estudios desde 1990, para ese tiempo me
encontraba dictando clases de Impuesto sobre la Renta, bajo aun las leyes de
1978 y 1986; para 1991 tuve en suerte trabajar con la reforma tributaria
intensa de ese año y los sucesivos meses; entre disertaciones y exposiciones,
aunado al creciente interés por la integración y co fundación de la cátedra
homónima que sería una espléndida realidad a partir del año 1992; Para ese año
1994, luego de haber egresado de la Especialización en Derecho Tributario, el
decanato se interesó por analizar la posibilidad de abrir una similar
especialización de cuarto nivel en materia de derecho tributario orientada
hacia los ámbitos de la gerencia del impuesto, en paralelo, en ese mismo año se
creaba el Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria SENIAT, que
con los años pasaría a denominarse Servicio Nacional Integrado de
Administración Aduanera y Tributaria SENIAT, sin duda, amanecían las luces para
el Derecho Tributario en Venezuela en una nueva etapa de cambios en las
normativas y procedimientos internos, dejando de lado el legado inmenso que
había sido hasta la fecha marcado por el Ministerio de Hacienda y sus
instituciones. Modestamente colaboré con parte del diseño curricular que luego
fue depurándose hasta lograr finalmente en 1995 su apertura formal. Es en el primer curso de ese final de
trimestre de 1995 cuando en medio de esos escenarios académicos, llegaron como
nómina de alumnos muchos de los hoy exitosos profesionales que hicieron brillar
entonces la carrera tributaria. En una de esas sesiones de clases volví a
encontrarme con gente muy querida y apreciada que había dejado en la Escuela
Nacional de Administración y Hacienda Pública ENAHP IUT en mi paso por esa
institución en los años ochenta. Una de ellas me invita a impartir cursos de
extensión tributaria de nuevo en la Escuela, a lo que por supuesto accedí, ya
que siempre he considerado muy en alto a la misma. Así, comencé a dictar en los
horarios matutinos los primeros cursos de impuesto (sobre la renta,
retenciones, sucesiones, entre otros demandados en la época), sin embargo mi
incorporación definitiva tendría lugar en el año 1996, al dejar la Universidad
José María Vargas –los estudios de pregrado y mi cátedra de impuesto sobre la
renta muy apreciada-, para irme a trabajar como abogado asociado a una Firma de
Asesores Tributarios que nacía en esos años tan densos y productivos; 1996
había sido un año para mí en lo personal marcado por sucesivas muertes familiares que me habían sumido en un
luto riguroso y triste, aún recuerdo como asistía en paralelo a dictar las
clases de postgrado de la Vargas, primero en la sede del Colegio Madre Emilia
Los Dos Caminos, y luego en su edificio Sede de su Avenida Principal., yendo a
mis actividades de traje y corbata negra; al final de 1996 terminó mi paso por
el postgrado de la Vargas, al cual renuncié ese fin de año para dedicarme por
entero, además de la Universidad Central de Venezuela, al volver a mí siempre
apreciada y querida ENAHP IUT de la cual estuve separado tanto tiempo; los
cursos de extensión se multiplicaron,
allí encontré mucho apoyo personal, profesional y de ánimo en la situación que
confrontaba. Luego surgiría en el año 1998 la posibilidad de reingresar en
clases de pregrado de la Escuela, ya que se inauguraría su nuevo edificio
administrativo y académico justo al lado del clásico Edificio donde funcionó la
Administración de Hacienda durante décadas hasta la llegada del SENIAT, siendo
éste posteriormente dejado atrás por la actual sede de la Gerencia de Tributos
Internos del SENIAT en la Avenida Diego Cisneros, metros más allá. De este
modo, ya estaba de nuevo en los escenarios de la Escuela en su pregrado y
cursos de extensión y fue en el año 1998, cuando tuve la oportunidad de
incorporarme a los estudios de Especialización en Gestión Tributaria Integral
(PEGTI), que era su denominación de origen, dictando clases en los espacios del
Edificio Tacagua del Parque Central, Caracas, durante varios períodos hasta su
traslado hacía la sede de Los Ruices, y después en la sede de la Institución en
La Urbina (decisión desafortunada por
cierto). Es en ese entonces cuando terminan las clases de pregrado (después de
cinco años de permanencia allí), manteniendo los cursos de extensión y los
viajes por todas las ciudades de Venezuela a dictar clases en las cohortes de
la especialización (que cambiaría su nombre a Gestión de Tributos Internos) prolongándose los mismos por muchos años hasta el año 2010,
cuando las horas se venían oscuras para esa Casa de Estudios Fiscales y aquel
amanecer luminoso caía en medio de relámpagos que anunciaban malos presagios.
Estuve activo en los cursos de extensión hasta los años 2004 2006 cuando
lentamente dejaron de programarse en abandono de tantas horas de dedicación y
esfuerzo por tenerlos como la primera opción para los sectores públicos y
privados. Igual sucedió con las especializaciones que entraron en su ocaso ya
desde el año 2010 cuando decido cerrar ese capítulo, aunque en el año 2019, a
petición de alguien muy apreciado y fallecido este año 2021, volví temporalmente
a dictar una de las asignaturas del postgrado, de aquel postgrado de la Escuela
que sumó el mayor puntaje frente a otras universidades del país, no quedaba ya
nada de su pasado de éxito y fama, las sombras parecían haberse apoderado de
esa casa de parió intelectualmente tantas personalidades y mentes privilegiadas
de hoy, muchos fuera de Venezuela. La ENAHP está resguardada en lo profundo de
mi corazón y sentimientos, y citando a la narradora de la Novela Rebecca, de
Daphné DuMaurier, cuando se dejaba atrás Manderley para siempre, no volveré a
ENAHP, no en estos tiempos funestos que vive la República, como generación no
me quedará tiempo para verla renacer. Me deja sin embargo la marca del Capítulo
en el libro vital hacia la consolidación profesional en la que transita la vida
de este adulto mayor.
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