ANECDOTARIO DE LOS CUARENTA AÑOS DE GRADUADO 1981 2021
LA CLIENTA LEILA (ACOSO Y MENTIRAS)
Comenzaba una nueva etapa, una nueva
sociedad de profesionales que emergía en medio de esa vorágine que era el
fenómeno de la tributación que se abría paso indómito entre todas las
disciplinas y saberes hasta ese momento monopolizadas por muchos; venía de
trabajar como asociado en otra firma similar, donde me refugié ciertamente de
los duelos y lutos familiares de esos años 1995 y 1996 del siglo pasado, y donde
seguía materializando esa anhelada independencia y necesidad de cambiar de
escenarios, creyendo al fin en los finales de los ciclos, en eso me espesaba el
sentimiento y toda mi psique; dejaba una parte de lo académico hasta esos años
para adentrarme en otros caminos; sin embargo, pudieron más muchos egoísmos y
demás pasiones para que marcara mi punto final en esa iniciativa; fueron tres
años (1995, 1996 y 1997) cargados de sorpresas y explosión de nuevas emociones,
con mis 38 años de edad, aun joven y expectante. Era ya 1999, nos encontramos
tres profesionales del momento, todos aun jóvenes y con ganas de trabajar y
crecer, es así como se funda nuestra nueva firma haciendo nuestra sede en el
centro de Caracas, y con todo ese equipaje de sueños con nosotros; recién
iniciábamos los contactos profesionales, y fue entonces cuando un allegado
nuestro, nos trajo un nuevo cliente, se trataba de una sucesión hereditaria
abierta en el interior de Venezuela, y su estatus en ese tiempo(1999 inicios)
era el de haber sido objeto de una fiscalización del seniat y a la cual le
habían notificado un acta de reparo y a
la fecha estaban ya corriendo los lapsos si se quería ejercer alguna defensa;
naturalmente por obra de la especialidad tomé la dirección de ese asunto, en la
primera reunión que todavía tuvo que llevarse a cabo fuera de oficinas pues aun
no la teníamos disponible, nos presentamos todos, los tres colegas, el amigo
allegado y una cuarta persona quien, desde su asiento, nos observaba entre sus
ojillos y lentes crispados(el personaje era abogado); tenía la pinta de una
intelectual o de una de esas abogadas tipo Harvard como la compañeras de Reese
Witherspoon en Legalmente Rubia(la película), ingenuo yo tan siquiera imaginarla así….. tras esa primera reunión,
como siempre tengo (no sé si por mala educación) la idea de comparar y buscar
semejanzas con personajes, esa señora tenía para mí un cierto parecido a la princesa Leila Palhavi (la hija del Ex
Shá de Irán Reza Palhevi y de la Emperatriz Farah Diba). Bueno, el caso es que ya instalados en
nuestras oficinas, llevamos a cabo una segunda reunión con la señora abogado,
quien nos había dicho que era pariente de los herederos y que desconocía los
procedimientos tributarios en estas materias; iniciamos conversaciones y, como
es de costumbre, elaboramos nuestra propuesta de servicios profesionales para
la consideración de la viuda, quien era según ella su tía, y de ella misma como abogado y pariente. Le insistimos en los lapsos, que no se prorrogaban
y que se podían perder las defensas en
su caso, con lo cual invitamos a la sucesión a tomar decisión pronta y
oportuna; durante esos días, la señora abogado siempre me “citaba” fuera de las
oficinas para conversar del asunto, entre desayunos y almuerzos transcurría el
tiempo, en esas reuniones siempre “ella esperaba que yo le regalase algo”; en
una de esas “citas” le entregué al fin el ejemplar de nuestra propuesta (pues
según decía le costaba mucho llegarse al centro), recuerdo que nos reunimos en
la fuente de soda que quedaba en la desaparecida MAXIS de Bello Monte, en
efecto, acudió junto a una sobrina, y en ese momento, firmó el texto y me
consignó el instrumento poder(que yo mismo redacté) para facilitar los
trámites, dejándola a ella como abogado que encabezaba a los apoderados (en el
sobre estaban escritos además los
nombres de los herederos que le darían ese poder y sus teléfonos); para
comenzar con los trabajos, como siempre se acostumbra, solicitamos un
porcentaje de anticipo, en este caso, la oferta era por 7500 de los cuales se
adelantaría 2700 y el resto al finalizar la entrega de los recursos y escritos
de defensa. En otra de esas “citas de restaurant ” obsesión sin duda de esta
dama, me entrega un cheque por 3000, utilizando la expresión “acordamos dar
3000 más de lo solicitado”; eran las
500pm, en las Mercedes (Caracas) a esa hora, extrañado por esa decisión, me
marché y al día siguiente, muy temprano, después de comentarle a mi compañeros
los resultados de las gestiones, fui hasta la agencia bancaria donde tenía mi
cuenta de entonces (no teníamos como ahora transferencia y pagos en línea),
llegué al centro comercial, estacioné y como había que atravesar la avenida
para ir al banco, en ese momento, en el semáforo de peatón en rojo, no sé por qué, instintivamente
observé hacia el lado izquierdo de la
acera, y créanmelo, vi la estampa de mi padre difunto en una rápida y fugaz
imagen de cómo era y vestía en los años 60 o 70, con su maletín, y en ese
preciso instante me vino algo a la mente, necesitaba fotocopiar el cheque y el
comprobante de pago que la señora abogado me había consignado esa tarde,
recordé que en pocos pasos hacia el lado izquierdo funcionaba en un Edificio cercano una gran fotocopiadora
(que ya no existe), allí copie los documentos y fui a la agencia a efectuar el
depósito del anticipo, luego me senté en un café del centro comercial y
reflexioné sobre el emotivo suceso; después , comenzamos a abocarnos en el caso, las
probabilidades de ganarlo eran muchas ( en ese tiempo aun había algo de estado
de derecho en Venezuela), todo se redactó y se entregó a la señora abogado
(LEILA) para que, junto al poder dispusiera la interposición del escrito y
expediente en las oficinas del SENIAT del interior del país a quien correspondía
el conocimiento y decisión del asunto. Pasaron luego varios meses, ya casi a
finales de 1999, por el mes de noviembre; citamos a la señora abogado para
conversar del asunto y señalarle los pagos pendientes; libramos los
requerimientos por carta de cobro que yo mismo redacté…y sus respuestas,,,, creo
que tendrán que esperar un mes más por el saldo….redacté una nueva nota de
cobro, la cerré y doblé, cual carta de los secretarios de antes, pliego
adelante y pliego final, la hice firmar y se la consigné en un sobre muy
molesto pero frio ante todo; así entre
risas siempre iba y se marchaba, a mí me desagradaba esto, ya desde el
principio, había algo en esta señora que me aterraba, luego se dio a la tarea
de dejarme mensajes en el buzón del teléfono para decirme lo “excelentemente
bien vestido que me veía en las colas de los tribunales” , no digo si no era
acoso. Pasaba el tiempo, no se producían
los pagos, no aparecían ni se manifestaban los interesados; y un día, en el
despacho personal de mi casa, de repente, viendo entre papeles en la bandeja,
sobresalía un lado amarillo, era un sobre olvidado tal vez? Extraje ese sobre y
me di cuenta que era el sobre con los datos telefónicos de la viuda y de los
herederos (torpe la señora abogado en dejarme este cabo suelto), de inmediato
notifiqué a mis compañeros y nos dispusimos a contactar a los interesados; en efecto,
conversamos con la viuda del causante, informamos del asunto y de los
pendientes de pago que la sobrina señora abogado (que era su representante
natural) no nos había honrado; en ese entonces, le señalamos que el adeudo era
de 4500, la viuda atribulada señalaba
que no, que eran 3500 ya que ésta entregó el anticipo de 4000 a su “pariente” que le había solicitado de nuestra parte, tal
vez pensó esta parienta que no podríamos demostrar rápidamente la certeza de
los abonos y es allí cuando recuerdo el
expediente con los recaudos y las copias del cheque y de los recibos de pago y
notas de cobro junto a la propuesta debidamente firmada por la “pariente LEILA”.
Se la pasamos vía fax, aun no circulaban al completo los correos electrónicos.
Es así como nos enteramos que
efectivamente, la parienta le exigió 4000 para quedarse con 1000 tal vez como
una comisión que jamás nos habría solicitado; cuando la viuda se da cuenta de la
estafa, es que cae en cuenta que estaba
como representante obligada a hacer las cancelaciones pendientes a nosotros;
con esto, la “parienta LEILA” quedó como tremenda estafadora a su propia
familia, y ante esto, tiempo después nos señaló que ese dinero era para pagar a
una supuesta persona que había sido el enlace con nuestro allegado para la
captación del caso, algo por demás falso como pudimos comprobar luego; tener
las pruebas a tiempo salvó nuestros honorarios, ese fue el mensaje que recibí
de mi padre esa mañana, alertándome desde el más allá de las malas intenciones
de esa individua. Inició así nuestro
plan profesional de asesorías con este penoso antecedente, seguimos trabajando
y a la señora abogado la parienta LEILA no le vimos más el pelo hasta el día de hoy (dios nos libre).
Finalizó 1999 entre la tragedia de Vargas y el nuevo Gobierno infame que hoy ha
asolado a Venezuela después de casi 22 años, y luego, entre los sucesos de
abril y la debacle de ese tiempo también terminó para nosotros aquella
sociedad, hoy día nos apreciamos mucho más, las cosas pasan por algo, me esperaban
nuevos retos y nuevos ciclos. Por cierto, la auténtica Princesa LEILA PALHEVI
se suicidó en Londres en 1998 trágica coincidencia.
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