ANECDOTARIO DE LOS CUARENTA AÑOS DE GRADUADO 1981 2021
DOCENTEE EN EL POSTGRADO DE
LA UCV (LOS INICIOS. EL SUSTO, RESPONSABILIDAD Y EMOCIÓN).
Transcurría el año 1990, hacia finales del
éste, me encontraba cursando las últimas asignaturas obligatorias de la
Especialización en Derecho Tributario en la UCV; una de ellas era Imposición
Directa II-Sucesiones/Donaciones, ( mi
cátedra en el tiempo futuro); esas clases las daba un distinguido señor
abogado, de esos tiempos, que recordaba a Florencio Contreras Quintero por su
solemnidad y forma particular de impartir las enseñanzas; yo no tuve problemas,
tal vez por la fenomenal empatía hacia el tema, habiendo ya escrito sobre éste,
cuando había poquísimas opciones literarias del mismo en ese tiempo. Finalizó
1990. No pude cursar el primer semestre de 1991, así que el remanente de mis
créditos los vería en el segundo semestre de ese año; estaba aún cursando
asignaturas optativas (metodología de la investigación y estadística aplicada) para acumular al fin los treinta (30)
créditos exigidos para egresar
conjuntamente con el trabajo especial de grado; en medio de ese semestre, dos
personas conversaron conmigo sobre si estaría interesado en asumir la cátedra
de imposición directa II(sucesiones y donaciones) en la Especialización; me
sorprendió tal idea pues estaba culminando los créditos, no había egresado
formalmente, nunca me imaginé dar clases en un postgrado siendo tan joven, solo
con escasos 32/33 años; fueron decisivos los dos emisarios del destino: Magno y
Magó, el primero, ampliamente conocido en el medio profesional donde nos
desenvolvíamos, el segundo, un condiscípulo mío de los estudios; me
recomendaban y propiciaban mi ingreso a esa plantilla profesoral que
consideraba no merecido para mí. Faltaba alguien, ese coordinador de la época,
Manu, quien decidido, me invitó a formar parte de esa nueva experiencia; fui
hasta su oficina, allá en la Avenida Francisco Solano de Caracas, me contó que había hablado con Magno y Magó,
que tenía amplias recomendaciones, pues ya era autor de un libro, era ex
funcionario por más de diez años atrás, era miembro de la AVDT(Asociación
Venezolana de Derecho Tributario), entre otras credenciales que les resultaban
optimas, y es así como el día viernes 13 de septiembre de 1991, comencé por vez
primera mi incursión como docente en los estudios de cuarto nivel, en una
Especialización en la Universidad Central de Venezuela; a las 7:00am de ese día
estaba allí, en lo que hoy es la plazoleta del postgrado, esperando el debut
oficial, vestido de traje y corbata, como quien va a un examen con tribulación
y aires patubularios, conversé al inicio con Magno, quien también iniciaba sus
clases en una de las asignaturas, mientras hablábamos advirtió mis nervios, me
tranquilizó, pues todo pasaría y algún día lo recordaría como ahora lo hago,
con simpatía; la plana de asistentes al curso era impresionante, se usó uno de los salones
externos de mayor capacidad, estaba al completo, caras conocidísimas, incluso
compañeros de pupitre de clases ahora eran mis alumnos, toda una experiencia,
estresante sin duda; personas que más tarde fueron también Gerentes del SENIAT,
funcionarios judiciales, jueces, fiscales, abogados de grandes escritorios y
firmas, profesores universitarios y hasta doctores;, como anécdota, pude
impartir clases a dos generaciones seguidas de padre e hijo; empezó mi vida en
la academia pero esta vez en un nivel más alto, especializar a abogados, todo
un reto por delante; desde ese día (salvo el período en que finalizaba mi
propio curso y terminaba mi trabajo de grado para optar al título(1992), ya no
me separaría de la educación de
postgrado sino hasta 25 años después; ésta experiencia me abrió las puertas de
la docencia universitaria en cuarto nivel en muchas otras casas de estudios en
toda Venezuela, y delante de mí y en mis aulas, se sentaron también jueces,
alcaldes, secretarios de gobernación, registradores, notarios, futuros jueces
incluso, fiscales del ministerio público( dictando asignaturas de derecho
público), abogados, administradores, contadores, economistas, licenciados en
ciencias fiscales de la ENAHP , entre otros a mencionar; no dudo que siempre
hubo críticas, recordaba a los actores cuando cierra el telón, termina la obra
y viene el criticismo necesario; igual pensé qué mal podría haber? Era dueño de
lo bueno o lo malo que decía, esto me sirvió para adquirir seguridad, manejo de
grupo, experiencia, dicción, capacidad de dirigir, entre otros atributos que
deja la academia (solo deja eso, no altas remuneraciones); en este último orden
de ideas, me viene a la mente un comentario que escuchaba con frecuencia en las
estancias universitarias: si querían castigar a un docente, lo mejor era
enviarlo como profesor de postgrado para que allí se seque; no sé si me sequé,
nunca me llamaron a concursos, ni fui promovido en esos largos 25 años;
curiosamente el jefe de recursos humanos
de la facultad, cuando solicité la jubilación, confidencialmente me cuenta que
unas autoridades se oponían en principio
a que me jubilaran , y éste , les recriminó así: pues el profesor tiene derecho
a la jubilación, allí lo mantuvieron cautivo estos 25 años. Pase esa página en
2018, me jubilaron, terminó así ese hermoso sueño, cayó el telón, no sé si me
aplaudieron,,, felicísimo fui… Doy y daré gracias infinitas a Dios.
Comentarios
Publicar un comentario