ANECDOTARIO DE LOS CUARENTA AÑOS DE GRADUADO 1981 2021
APARECE COFAE (MI REENCUENTRO CON LA CONTRALORÍA
GENERAL DE LA REPÚBLICA DESPUÉS DE MAS DE 20 AÑOS)
Desde el año 1994, última vez que tuve
contacto con la Contraloría General de la República, mi patrona por diez años
de mi vida laboral como funcionario y como abogado, ésta dejó de ser
protagonista principal de mis horizontes inmediatos, aun cuando como relaté en
otro anecdotario, sí mantuvo su presencia en los papeles de trabajo de una
tesis de grado universitaria de postgrado, selección ésta que, años después
pude observar cómo disgustó a muchos y polemizó a otros-una constante en mis
disertaciones-. Corría el año 2011, a mediados de éste, recibo una llamada de
parte de un excelente amigo y compañero de muchos años, y dedicado como yo al
área de derecho tributario por formación. Me comenta que había logrado una
sentencia a su favor ordenando su reenganche en un órgano del Estado del cual
había sido anteriormente removido por su cargo de confianza, y que por tal
motivo debía dejar su contrato como docente adjunto en el Instituto de Altos
Estudios de Control Fiscal y Auditoría del Estado COFAE, adscrito a la
Contraloría General de la República; su función como adjunto era la de diseñar
programas ejecutivos de formación, además de las actividades docentes propias
de ese Instituto (anteriormente Escuela de Control Fiscal), me sugería de
primero, hacer un contacto telefónico con una de las coordinadoras académicas y
posteriormente brindar una visita a su sede, en el Edificio de siempre, en el
piso 4. Así lo hice, tomé un taxi que me llevó hasta allí; ahora el Edificio
estaba enrejado en su entrada principal que da hacía el mercado de Guaicaipuro,
ya no se veía los niños esperando por sus autobuses para el traslado a la
guardería de la institución, no se veían personas numerosas entrando hacia el
interior, entre risas , comentarios y
paquetes del mercado que era lo común en mis tiempos, la gente entraba casi de
forma autómata, como en un lenguaje de programación; había torniquetes,
vigilantes con caras severas, de pocos amigos, un mostrador con micrófonos y
cámaras tipo web para enfocar a todo aquel visitante que no mostrare una
credencial que debía ser leída en los lectores de estos pasos metálicos para
acceder; superada esta escala como de aduana o aeropuerto, venía- justo lo mencionado-
un detector de metales de maletines, bolsas y equipajes que portaba la gente,
como si de esos rayos pudiera evidenciarse objetos indeseados, incluso, en varias ocasiones debían bajar los
funcionarios a autorizar el ingreso. Traspasadas todas estas puertas, accedí
por fin a las instalaciones de COFAE, en el piso 4 del Edificio Sede donde
fueron mis inicios en 1980. Era la antigua sede de la Escuela de Control Fiscal
que pasó de ser esa apocada oficina casi oculta a una nueva institución con
vocación educativa en control fiscal (al menos eso pensaba), venía mudada del Edificio colindante de Fondo Común donde en
realidad había sido fundada. En el pasillo central al subir los largos
escalones, está la galería de retratos de los Contralores desde 1938 hasta el
Contralor Russián (ya fallecido), faltaban los más recientes. Luego los salones
de clases remodelados y ampliados en ese entonces, hasta ver al fondo de ese
pasillo el auditorio de siempre, nominado JESUS DAVID GARMENDIA. Me entrevisté
con varios coordinadores académicos y con el amigo quien me recomendaba, se
programó una actividad para desarrollarla en días posteriores, efectivamente se
dictó con éxito; vino un contrato por horas para desarrollar contenidos
programáticos de varios proyectos que se tenían pensado ejecutar en esos años
2011 y 2012. Ya para el año 2013 me había posicionado como docente invitado
(esa era la denominación) en varias materias propias de la especialidad y
también incursioné en otras áreas del control fiscal comunes. En el período
2014 a 2016 trabajé intensamente, se dictaron muchos cursos a personal del sector
público, nuevos rostros, relaciones, trato amistoso y hasta fueron canales para
el logro de la prestación de servicios profesionales de abogado asesor en algunas de las instituciones. A partir del año
2016, con el advenimiento de un nuevo Contralor con otros afectos de origen y
privilegios para extraños, COFAE comenzó a decaer, los últimos cursos de ese
año mostraron la problemática de la organización a lo interno, la falta de
liderazgo, falta de planes, desidia en muchos aspectos que alejaron a la institución
de su alto puntaje en materia de capacitación del personal del sector público.
En concreto , me mantuve hasta el mes de diciembre de 2016 atendiendo grupos
finales que para mí fueron satisfactorios en lo personal, esa fue mi despedida
silenciosa ya que para el año 2017, año de terribles sucesos y conmoción
política, había tomado la decisión de no renovar el contrato, a partir del
momento en que el máximo representante del organismo se apegaba a una ilegal e
ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, me aprestaba para renunciar por
segunda vez a la Contraloría General de la República en su representación de
COFAE, ya que esa Casa Grande no solo era triste, sino cómplice de la
destrucción de la vida Republicana, una llamada de mi parte les agradeció todo
y les dijo adiós: de seguro muchos de
esos retratos de contralores temblaron y se retorcieron. No volví a COFAE, no
supe más de ella ni de su gente, solo a través del Facebook de ahora, envié una
felicitación recientemente por su
aniversario, ya lo poco que debe quedar de lo que fue.
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