ANECDOTARIO DE LOS CUARENTA AÑOS DE GRADUADO 1981 2021
EL PLAGIO SUFRIDO EN LA CASA UNIVERSITARIA
Año 2006, lugar ESCUELA NACIONAL DE
ADMINISTRACIÓN Y HACIENDA PÚBLICA ENAHP, en ese tiempo dictaba clases en los
programas de postgrado de la institución; muchos de estos cursos se trabajaban
en el interior de la República por los sucesivos convenios educativos de enlace
entre las regiones y la región capital (Caracas), de cotidiano, más tiempo
pasaba entre viajes que en atención a actividades centralizadas en la Ciudad de
Caracas. En una oportunidad, dentro de los procedimientos de revisión y
aprobación o improbación de los trabajos especiales de grado que debían
presentar y oponer los aspirantes al título de Especialista en las diversas
ramas ofrecidas por la Escuela. En ocasiones se hacían las designaciones de
jurados examinadores, en otras, a
petición del postulante y previa aceptación, se nombraban tutores de contenidos
que, junto a la tutoría metodológica componían el grupo decisor de aquellas
tesis de grado y su posterior calificación según sus resultados; no se estilaba
como en otras casas de estudio la defensa oral por el propio aspirante, de
manera que la decisión recaía en esa
suerte de “tribunal asociado” quien juzgaba y decidía en consecuencia. Hubo una
designación para mí como jurado, conjuntamente con otro profesor, llegó un
ejemplar de trabajo de grado de una estudiante aspirante del interior del país;
la coordinación académica distribuyó las copias respectivas para proceder a su
lectura y posterior fijación de la reunión con el tutor de contenidos para
deliberar y calificar. Recuerdo que en una de las sesiones de clases que aun
dictaba en esa sede antes de dedicarme solo a la atención de las cohortes en el
interior me entregaron ese ejemplar, la sesión terminó y me marche a mi casa ya
sobre las 9pm. una hora después, por curiosidad busco el nombre de esa
aspirante, lo leo, no me pareció conocida de tantos alumnos que había asistido
en tantas cohortes y promociones más recientes. Confirmé una vez más el título
del trabajo, según su contenido trataba de una de las materias que
tradicionalmente dictaba en esos niveles de estudio, el tema de las sucesiones
hereditarias, me llamó la atención, pues de ordinario no eran frecuentes las
investigaciones en materia de las sucesiones y los impuestos; un ejemplar de
por sí bastante denso de páginas. Dejé ese trabajo sobre mi escritorio y al día
siguiente, aprovechando un periodo de tiempo disponible, comencé a leerlo, de
pronto, como en esas extrañas sensaciones de haber leído antes un párrafo, de
parecerme muy familiar las conjugaciones, los tiempos verbales, el estilo
propio que por derecho natural sale de nuestros sentidos, me daba esa
impresión, de que se manejaba algo que era naturalmente mio; así de repente
pensé: son mis ideas, mis párrafos, la estructura de párrafos completos, vino a
mi mente mi libro de la materia, concebido y escrito en 1990, busqué
apresuradamente en la bibliografía que citaba la aspirante, nada, no veía mi
nombre, mi apellido, ningún descriptor, ni había página citada, no había
editorial referida, no había el más mínimo atisbo de respeto autoral que
justificara en alguna medida, deliberadamente me hicieron ausente y silenciado, y en cuanto más me adentraba
en aquel caos, percibía cómo se me manoseaba lo más íntimo del pensamiento
creativo y la originalidad, cómo esa cruel mano usurpaba y tomaba algo jamás
creado ni imaginado por esa mente, ésta individua me había plagiado paginas
completas de mi libro, páginas y capítulos íntegros, un horror. Luego que
culminé la lectura, donde no había ni siquiera alguna conclusión ni copiada ni
robada de parte de esta individua marqué con un bolígrafo el total de páginas
contenidas del plagio, eran más de sesenta, me senté a imaginar lo que
significaba para mí entonces este despojo intelectual. Llegó el día de la
reunión con el otro jurado y el tutor, conversé aparte con ese jurado, le conté
lo del plagio atroz, se asombró, muy molesto increpó al tutor sobre tal delito,
manifestó no tener conocimiento de esa tropelía de su pupila, cosa lamentable y
vergonzosa sin duda; de inmediato exhibí el ejemplar del libro, advertí las
páginas y capítulos copiados a traición y asumidos en ese terrible descaro del
que no tiene escrúpulos, se tomó nota, y se asentó en el acta el plagio
cometido; nos enteramos que esta persona presentaba por segunda vez un trabajo
de grado ya que el primero le fue rechazado, siendo ésta su segunda oportunidad
derrumbada por la grave falta, se dictó su suspensión definitiva y la inclusión
de estas actuaciones en el expediente del postgrado. Pude accionar contra ella
ciertamente, pero me pareció mejor la sanción moral y disciplinaria que no solo
le fue impuesta sino la notificación a esa coordinación del interior de ese
penoso antecedente y mácula indeleble que le quedaría para siempre. No sé si
Dios puso en mi camino este trabajo para lograr que se hiciera justicia, ya que
de no haber sido designado jurado, ésta personajilla hubiese obtenido un grado inmerecido, pensaba
tal vez, si me hubiese tocado asistir
como docente a esa cohorte, esa oscura e inescrupulosa lo habría
considerado mejor, quien sabe. Nada obsta para que en lo sucesivo seamos
plagiados, sobre todo en estos tiempos donde debemos ir hacia las redes
sociales tras la cortina que se nos ha extendido de estos infames tiempos
pandémicos de 2020 y 2021.
Comentarios
Publicar un comentario